Casa rural Casa Otero IV

Casas rurales íntegras Llanes (Asturias)

 

Datos técnicos

Categoría: VV

Plazas: 6

Habitaciones: 3

 

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Teléfonos

902 107 070985 401 243

 

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Municipio de Llanes   Parroquia de Nueva   Ovio   Oriente de Asturias   Comarca del Oriente de Asturias   Costa de Asturias   VV   Casas íntegras   

Descripción

Servicios establecimiento

  • Calefacción
  • Lavadora
  • Parking
  • Salón con TV

Servicios complementarios

  • Jardín
  • Admite tarjetas

Dirección

Dirección postal: 33592 El Otero, 4.

OvioNuevaLlanesComarca del Oriente de AsturiasOriente de AsturiasCosta de AsturiasAsturiasEspaña

Dirección digital: 8CMP8WW7+WH

Registro de actividades turísticas del Principado de Asturias: VV-113-AS

 

Información complementaria

Sitios de EuroWeb Media sobre Asturias


Naturaleza en Llanes


 

Paisaje Protegido de la Sierra del Cuera

  • Estado legal: Sin declarar
  • Superficie: 149.94 km2
  • Localización: Concejos de Cabrales, Llanes, Peñamellera Alta, Peñamellera Baja, Ribadedeva
  • Accesos: Por la Carretera Nacional N‐634 de Ribadesella a Llanes o por la Regional AS‐114 de Cangas de Onís a Panes
  • Vegetación representativa: Encinares y hayedos
  • Fauna representativa: Buitre. Corzo. Jabalí
  • Otras figuras de protección: Declarado parcialmente Lugar de Importancia Comunitaria del Río Purón

El Paisaje Protegido de la Sierra del Cuera se sitúa en el extremo oriental de la región, formando un cordal litoral de casi 40 km de longitud que se inicia en el Sella y prosigue a escasa distancia del mar hasta el final de la región en el Deva. Del Paisaje Protegido ha quedado excluido el sector occidental de la sierra, entre el río Bedón y el Sella.

El Cuera hace de límite entre los concejos situados al norte, Llanes y Ribadedeva, y los situados al sur, Cabrales, Peñamellera Alta y Peñamellera Baja. Todo su perímetro es recorrido por carreteras de cierta importancia: al norte la N‐634, que recorre la rasa llanisca, y al sur la Regional AS‐114, que recorre el valle del Cares por el surco prelitoral.

La sierra del Cuera constituye sin duda el elemento que en mayor medida contribuye a definir el paisaje y organizar el espacio del extremo oriental de Asturias. Se trata de una barrera montañosa situada a apenas seis kilómetros de la costa, lo que reduce sustancialmente las rasas costeras y limita el poblamiento del litoral. Su carácter infranqueable delimita dos espacios geográficos que han tenido diferente evolución histórica y social: la marina llanisca y lo que se ha denominado el trascuera, cuya única relación posible ha sido durante siglos a través de los pastores que compartían el uso de los altos pastos calcícolas.

El núcleo central de la Sierra del Cuera está formado por calizas paleozoicas sometidas a un modelado kárstico muy intenso. La plataforma superior del Cuera es un mosaico de lapiaces, dolinas, uvalas, poljés, valles ciegos, simas y un sinfín de formas kársticas que a veces hace imposible una andadura de ademanes naturales. Sólo en las partes bajas de ambas vertientes aparecen algunas áreas cuarcíticas, más importantes en la vertiente septentrional, donde se prolongan en las anchas sierras planas de la rasa.

El único poblamiento reseñable se sitúa sobre la vertiente meridional, menos abrupta. Al norte, la pendiente del cordal no permite localizar caserío alguno y la población se concentra casi por completo sobre las rasas costeras. Sólo la aldea de El Mazucu se atreve a asomarse a las primeras estribaciones siguiendo la hendidura de La Tornería.

Geología

La Sierra del Cuera es una barrera montañosa situada apenas a cuatro kilómetros de la costa, lo que reduce sustancialmente las rasas costeras y limita el poblamiento del litoral. Su carácter infranqueable delimita dos espacios geográficos: la marina llanisca y lo que se ha denominado el trascuera, cuya única relación posible ha sido durante siglos a través de los pastores que compartían el uso de los altos pastos calcícolas.

Dentro de la Zona Cantábrica, se define una unidad denominada Unidad del Cuera. Se encuentran en esta unidad un amplio espectro cronoestratigráfico que va desde Paleozoico hasta el Cuaternario. Así, diversos tipos de calizas conforman el núcleo central de la Sierra del Cuera, de edades desde el Cámbrico al Carbonífero (Formaciones Láncara, Griotte, Caliza de Montaña, etc.), sometidas a un modelado cárstico muy intenso. La plataforma superior del Cuera es un mosaico de lapiaces, dolinas, uvalas, poljés, valles ciegos, simas y un sinfín de formas cársticas. Sólo en las partes bajas de ambas vertientes aparecen algunas áreas cuarcíticas de edad Ordovícias (Formación Barrios) más importantes en la vertiente septentrional, donde se prolongan en las anchas sierras planas de la rasa.

Es destacable los materiales cuaternarios; turberas, rellenos arcillosos de dolinas, coluviones, etc. que dan terminación superficial al modelado del relieve calcáreo y que junto con la morfología de las rasas de antiguas plataformas marinas de abrasión, consecuencia del levantamiento general de la costa, han quedado elevadas a unos 260 m.s.n.m., caracterizan al conjunto.

El único poblamiento reseñable se sitúa sobre la vertiente meridional, menos abrupta. Al norte, la pendiente del cordal no permite localizar caserío alguno y la población se concentra casi por completo sobre las rasas costeras. Sólo la aldea de El Mazuco se atreve a asomarse a las primeras estribaciones siguiendo la hendidura de La Tornería.

La vida vegetal

A primera vista, desde la rasa costera llanisca el Cuera aparenta ser una muralla de blancas calizas desprovistas de vegetación. La fuerte pendiente de la vertiente septentrional, la intensidad del pastoreo y los reiterados incendios han terminado por desvestir el roquedo de cualquier tipo de cubierta vegetal. Sólo a retazos pueden observarse densos matorrales de aulaga (Genista hispanica subsp. occidentalis) y algunas avellanedas. El arranque de la ladera está ocupado en muchos puntos por un castañedo secular que debió ser en tiempos muy productivo, pero que actualmente se encuentra envejecido y en progresiva decadencia, probablemente debido a las enfermedades fúngicas propias de un microclima extremadamente húmedo.

Sin embargo, rebasada la primera línea de cumbres el Cuera se abre a estrechos valles, ciegos en muchas ocasiones, que albergan un sinfín de praderas y brañas orladas de fresnos, arces y espineras. El valle más ancho y productivo desde el punto de vista ganadero es sin duda la Llosa de Viango que constituye probablemente uno de los mayores poljés de la región, una enorme cubeta en la que se han acumulado los residuos arcillosos insolubles procedentes de la caliza previamente disuelta, dando lugar a una llanura de difícil drenaje y fácilmente inundable.

En las laderas por encima de la Llosa de Viango y casi hasta la cumbre más alta de la Sierra, el Pico Turbina, se sitúa la masa boscosa más extensa de la sierra: un hayedo eútrofo orientado al norte, que recoge las frecuentes nieblas que impelidas desde el océano no logran rebasar el cordal.

Hacia la vertiente meridional el relieve se suaviza y brañas y prados alternan con áreas de matorral, bosques de encina (Quercus ilex) y en las áreas más bajas, de litologías silíceas algunos retazos de carbayedas oligótrofas y rebollares.

La vida animal

Entre la flora protegida debe destacarse, además de la ya mencionada encina (Quercus ilex), el helecho macho asturiano (Dryopteris corleyi), que crece en algunas áreas de brezal sobre sierras silíceas al pie de la vertiente septentrional del Cuera, y el helecho de los colchoneros (Culcita macrocarpa) también presente en este espacio.

La fauna de mayor interés observable en el Cuera es sin duda la correspondiente a los diferentes grupos de rapaces diurnas como el azor (Accipiter gentilis), el halcón peregrino (Falco peregrinus) o el buitre común (Gyps fulvus) que son moradores habituales del área. Tampoco es rara la presencia de alimoche (Neophron percnopterus) o águila real (Aquila chrysaetos), nidificantes en la zona o procedentes de las vecinas estribaciones de los Picos de Europa.

Entre los mamíferos destaca la presencia de ungulados de interés cinegético como el jabalí (Sus scrofa) y el corzo (Capreolus capreolus), y del polémico lobo (Canis lupus) que se ha asentado en el Cuera en los últimos años.

Por último destaca la presencia entre los invertebrados de interés de la babosa moteada (Geomalacus maculosus).

Paisaje Protegido de la Costa Oriental.

Estado legal: Sin declarar

Superficie: 46.66 km2

Localización: Concejos de Llanes y Ribadedeva

Accesos: Por la N-634 que es su límite meridional

Vegetación representativa: Comunidades de acantilados. Encinares y Acebuchales

Fauna representativa: Aves marinas, principalmente paíño europeo

Otras figuras de protección: Incluido parcialmente en el Lugar de Importancia Comunitaria de Ría de Ribadesella – Ría de Tinamayor, en el Lugar de Importancia Comunitaria del Río Purón y en la Zona de Especial Protección para las Aves Ría de Ribadesella – Ría de Tinamayor.

Incluye los Monumentos Naturales de Bufones de Arenillas, Playa de Gulpiyuri, Bufón de Santiuste y Playa de Cobijeru

El Paisaje Protegido de la costa oriental constituye una estrecha franja de territorio, de unos 30 km de longitud y de 1 a 4 km de anchura, que abarca la totalidad del litoral del concejo de Ribadedeva y la mayor parte de las costas del concejo de Llanes. Su límite occidental se sitúa en el valle del Río de Nueva (Llanes), extendiéndose hacia oriente hasta la ría de Tinamayor, lindando con la provincia de Cantabria. Su límite meridional se ha situado en el trazado de la N-634 y el septentrional en la línea de costa, incluyendo los numerosos islotes que la jalonan.

El paisaje actual de la costa oriental aparece condicionado por dos variables principales: la multitud de niveles de arrasamiento marino, rasas, y la coexistencia de dos tipos de roquedo de diferentes características, cuarcitas y calizas.

Las rasas constituyen amplias planicies resultado de la abrasión marina, en periodos geológicos de subida del nivel del mar, y posteriormente emergidas. Dichas planicies se escalonan sucesivamente desde el mar a las estribaciones de la Sierra del Cuera, pudiendo reconocerse hasta seis niveles, el último de ellos a una cota de 300 m. Posteriormente los agentes erosivos han actuado de forma diferencial sobre el roquedo emergido. Las plataformas cuarcíticas han conservado su original forma llana y destacan elevadas en el paisaje, formando lo que se denomina localmente sierras planas o cuestas.

Al contrario, el roquedo calizo ha sufrido procesos de disolución kárstica, dando lugar a un sinfín de formas de relieve que confieren al área una singular belleza. El paisaje de las áreas calizas se organiza en un complejo mosaico de cuetos y dolinas. Los primeros son promontorios calcáreos destacados en el relieve y apenas sin suelo. Las segundas son el resultado del hundimiento de las numerosas cavidades abiertas en el roquedo por una red de drenaje subterránea que suple la ausencia de ríos de importancia.

En la línea de costa, la captura por el mar de las formas kársticas da lugar a un litoral de extraordinaria complejidad morfológica. Los cuetos capturados por el mar se convierten en una multitud de islotes, castros y tómbolos cercanos a la costa.

La captura de las dolinas da lugar a playas como la de Toró o bahías como la de Niembro. Otras permanecen en un estado de semicaptura y el mar penetra en ellas, por simas subterráneas, para dar lugar a playas de tierra adentro como las de Gulpiyuri o Cobijero. La captura de las redes de drenaje subterráneo da lugar a un sinfín de simas marinas, a veces conectadas al continente por chimeneas verticales por las que, durante los temporales, el mar penetra para formar auténticos surtidores que pueden elevarse hasta veinte metros de altura, los bufones.

En la franja litoral descrita se sitúa como núcleo de población más relevante la villa marinera de Llanes, capital del concejo del mismo nombre. El resto de núcleos urbanos de la zona: la capital de Ribadedeva (Colombres), la villa de Posada o Nueva se sitúan al sur de la Carretera N-634 y quedan por tanto fuera del ámbito del Paisaje Protegido, que presenta un poblamiento disperso y salpicado de pequeñas aldeas de vocación agraria.

La belleza del litoral oriental hace que se haya convertido en uno de los principales focos de atracción turística del Principado de Asturias. La declaración del Paisaje Protegido pretende, por ello, regular los usos turísticos y urbanísticos de forma que se desarrollen de modo compatible con la protección de los valores paisajísticos.

Más información sobre el Paisaje Protegido de la Costa Oriental

Geología

Estructuralmente esta zona se sitúa en el borde del Macizo Asturiano y representa la zona más externa del macizo Hespérico. En ellas destaca la alternancia de dos tipos de rocas sedimentarias de edad paleozoica: las calizas del Carbonífero (coloración gris) y las cuarcitas del Ordovícico (colores amarillo pálido y blanquecino).

El resultado final del paisaje de la costa oriental presenta una marcada dualidad: por una parte, las cuarcitas conservan sus formas de abrasión de origen marino y aparecen en forma de sierras planas, mientras que las calizas, por otra, han adoptado nuevas formas vinculadas a su capacidad para disolverse por acción del agua y aparecen formando dolinas, lapiaces, simas, cuetos, cuevas y otras formaciones, que confieren un aspecto sumamente atractivo y singular al territorio.

Entre las formaciones geomorfológicas más destacables podemos encontrar: playas de costa baja, playas de sierra plana, playas en la desembocadura de ríos, playas de ocupación de dolinas, bufones, tómbolas, castros, dolinas y cuevas, y sierras planas o rasas, estas de origen marino, antiguas plataformas de abrasión, que ahora aparecen elevadas sobre el nivel del mar, debido a las fuerzas tectónicas que controlan los diferentes movimientos de las placas continentales.

La vida vegetal

La cubierta vegetal del área incluida en el Paisaje Protegido de la Costa Oriental aparece condicionada por la misma dualidad de sustratos geológicos que define el paisaje. La mayor parte de las sierras planas cuarcíticas debió estar en tiempos ocupada por frondosas carbayedas oligótrofas: bosques de carbayo (Quercus robur) y abedul (Betula pubescens subsp. celtiberica). En las áreas calizas, sin embargo, la vegetación dominante debía ser la de las carbayedas eútrofas: bosques mixtos de carbayo, fresno (Fraxinus excelsior) y arce (Acer pseudoplatanus), entre otras.

El intenso y antiguo uso del territorio ha propiciado la sustitución de los bosques naturales por cultivos y plantaciones forestales. Gran parte de las sierras planas cuarcíticas dieron soporte a plantaciones de pino efectuadas a mediados del siglo XX y en la actualidad aparecen ocupadas por matorrales de tojo y brezo. En las áreas calizas se han instalado prados y cultivos, conservándose retazos de los primitivos bosques en forma de lindes y setos. Las formaciones naturales más valiosas son sin duda los bosques de encina (Quercus ilex), especie catalogada como de interés especial que ocupa cuetos calizos soleados y bien drenados, áreas sin vocación agraria y que por lo tanto han conservado hasta la actualidad sus características naturales

En la línea de costa, las playas son numerosas pero de pequeño tamaño, por lo que no existen arenales capaces de dar soporte a sistemas dunares reseñables. Tampoco existen apenas estuarios, pues el drenaje es principalmente subterráneo y no hay ríos de importancia. La vegetación de marismas se limita a muy pequeñas áreas estuarinas en la Playa de Cobijero, la de Poo, la Bahía de Niembro y la Playa de la Huelga. El único estuario de cierta entidad es el de la Ría de Tinamayor que hace de límite oriental del Paisaje Protegido y que desarrolla la mayor parte de sus áreas de marisma en la vecina Comunidad Cántabra.

En contraposición, las comunidades vegetales de los acantilados se encuentran extraordinariamente desarrolladas a lo largo de todo el litoral. La frecuente presencia de simas, bufones y cañones hace que en ocasiones la influencia del oleaje y las aguas del mar se deje sentir bastantes metros hacia el interior del continente, ensanchando las cinturas de vegetación de acantilados.

Especial mención debe hacerse de la presencia frecuente de acebuchales, masas arbustivas dominadas por el acebuche (Olea europea var. silvestris), especie catalogada como de interés especial que no es otra cosa que la variedad silvestre del olivo cultivado. La presencia de acebuchales se limita al límite superior de los acantilados costeros, en posiciones orientadas al sur y protegidas de la brisa marina por farallones rocosos.

Se han citado algunas poblaciones en los acantilados de la Ría de Villaviciosa y en del Cabo Peñas. Sin embargo, su mayor abundancia se da en los acantilados del Paisaje Protegido de la Costa Oriental.

La vida animal

La fauna existente en el Paisaje Protegido de la Costa Oriental está influida por el notable grado de humanización y la pérdida de hábitats potenciales. Por ello, los grandes mamíferos forestales carecen de presencia significativa en el área, siendo las aves el grupo de vertebrados de mayor interés.

En general, la ornitofauna que utiliza el área continental es la común a la mayor parte de las campiñas asturianas. Las aves acuáticas no disponen de estuarios adecuados para el refugio, por lo que la presencia de anátidas y limícolas es muy ocasional en la mayor parte del litoral.

También se ha descrito la cría de algunas parejas de polluela pintoja (Porzana porzana) y carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus) especies de nidificación escasa en Asturias. Elementos de gran interés son sin duda las poblaciones nidificantes de aves marinas: cormorán moñudo (Phalacrocorax arsitotelis) y paíño europeo (Hydrobates pelagicus).

El primero es especie catalogada como de interés especial en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas y mantiene en el litoral oriental un número muy reducido de colonias reproductoras, de difícil valoración debido a lo inaccesible de las mismas. Durante el invierno la población parece desplazarse al litoral occidental de condiciones climáticas más benignas. El paíño europeo, también catalogada como especie de interés especial, gusta para la nidificación de pequeñas oquedades y fisuras. Los acantilados kársticos del litoral oriental ofrecen para ello las mejores condiciones y albergan una nutrida población nidificante. El Castro de Santiuste, enfrentado al límite de los concejos de Llanes y Ribadedeva, da cobijo a una colonia de casi 200 parejas que podría ser la mayor de todo el litoral cantábrico y que padece la amenaza de la presencia desde antiguo de una población de conejos domésticos naturalizada. Otras colonias de menor entidad se sitúan en los castros de Ballota y Torimbia.

Los mismos emplazamientos sirven de lugar de nidificación a importantes poblaciones de gaviota patiamarilla (Larus cachinnans). El ya citado Castro de Santiuste cobija una colonia reproductora de casi 2000 parejas, que podría ser la mayor de la región, y es el único lugar conocido de cría de la garceta común (Egretta garzetta).

Entre los mamíferos destaca la presencia cada vez más frecuente en los arroyos y en las playas de la nutria paleártica (Lutra lutra).

Por último hay que destacar la presencia de anguila (Anguilla anguilla) en la mayor parte de los cursos fluviales que desembocan en este espacio, y la presencia, auque más localizada de salmón atlántico (Salmo salar) y lamprea marina (Petromyzon marinus).

 

Mapa de situación del municipio de Llanes


 

Llanes

Municipios limítrofes con Llanes:

Cabrales | Cangas de Onís | Onís | Peñamellera Alta | Peñamellera Baja | Ribadedeva | Ribadesella

Comarca del Oriente de Asturias


 

Tan plural como el nombre de Asturias es su extremo más oriental. De paseo por la comarca, el visitante pasa de la playa a la nieve en unos minutos. Museo de la prehistoria, meta de montañeros, excursionistas y amantes del queso, territorio de frontera con León y Cantabria… Al norte, el Cantábrico; al sur, los Picos de Europa (entre uno y otros, apenas 15 kilómetros). La versión resumida del Paraíso.

Trece consejos componen la comarca más oriental de Asturias, definida por su proximidad a los Picos de Europa (máxima cota: Torrecerredo, 2648 metros): Amieva, Cabrales, Cangas de Onís, Caravia, Llanes, Onís, Parres, Peñamellera Alta, Peñamellera Baja, Piloña, Ponga, Ribadedeva y Ribadesella.

En esta comarca la escasa distancia entre montaña y mar permite disfrutar de las magnificas playas de la costa oriental y de las majestuosas cumbres de los Picos de Europa, o de las sierras del Cuera y del Sueve lo que posibilita en una misma jornada rutas muy diferentes.

Especialmente destacable es el Ecomuseo del Paraíso Rupestre que supone un recorrido turístico por la Prehistoria, con la presentación de una serie de yacimientos, cuevas y equipamientos museísticos e interpretativos con muestras de arte rupestre y emblemáticos hitos dispersos por toda la geografía del Oriente de Asturias. El territorio engloba 13 concejos del Oriente Asturiano y dispondrá de otros tantos equipamientos vinculados a la riqueza prehistórica de la zona. Actualmente están abiertos al público: El Aula de Interpretación de Peña Tú en Puertas de Vidiago (Llanes): El Centro de Descubrimiento de la Fauna Glaciar en Avín (Onís): La Puerta de los Acantilados en la Cueva del Pindal (Ribadedeva).

Qué ver

  • Real Sitio de Covadonga y Los Lagos.
  • Cuevas de Tito Bustillo y El Pindal.
  • Ribadesella.
  • Llanes.
  • Asiego y Bulnes.
  • Parque Natural de Ponga (Bosque de Peloño).

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Referencia

03330361503 0200000 0333 0333036 4963453 0201000 033303615 0201020

Última actualización

30/8/2020